“Oh well, oh well, I feel so good today
We touched ground on an international runway
Jet propelled back home, from over the seas to the U.S A.

 Chuck Berry (1926-2017) – Músico estadounidense

En la vida existen experiencias únicas; no sólo por la calidad de las enseñanzas y las amistades que dejan sino también por la imposibilidad de repetirlas. Así siento que ha sido el breve recorrido que emprendí por los Estados Unidos junto a otros 14 colegas latinoamericanos para conocer de primera mano cómo distintos actores del país abordan problemáticas relacionadas al medio ambiente.

Lo que me ha llevado al sinigual país del norte fue una invitación de la embajada de los Estados Unidos en Argentina para participar del International Visitor Leadership Program (IVLP), un reconocido programa de intercambio del Departamento de Estado. Gracias a esta experiencia sin dudas aprendí más acerca del país y especialmente sobre cómo las organizaciones que visitamos trabajan las cuestiones ambientales que les son más relevantes.

En este post me propongo contarte de qué se trató todo esto y al final intentaré capitalizar los principales aprendizajes que esta experiencia me ha dejado para compartir contigo.

Agradecimiento

Antes de seguir con el post quiero agradecer a la Ing. Andrea Heins, quien desinteresadamente me vinculó y recomendó ante la embajada de los EEUU en Argentina. Sin su apoyo, sinceramente no hubiera sido posible todo lo que les voy a contar 😉

Sobre el IVLP y este programa 

El IVLP es un programa del Departamento de Estado de los EEUU que ha estado en funcionamiento desde 1940. El propósito, tal como lo explica su sitio web, es: ayudar a fortalecer el compromiso de los EE. UU. con países de todo el mundo y cultivar relaciones duraderas entre líderes extranjeros, actuales y emergentes, con sus homólogos estadounidenses a través de visitas de corto plazo.

En esencia, es un intercambio profesional y cultural para que los visitantes conozcan más de cerca a los Estados Unidos. Su reputación viene dada por el hecho de que muchos mandatarios internacionales pasaron por este programa. Algunos de los nombres de esta variopinta lista son: Nicolas Zarkozy, Margaret Thatcher, Tony Blair, Julia Gillard, Raúl Alfonsín, Dilma Rousseff, Ricardo Lagos, Tabaré Vázques y Felipe Calderón. 

Cada programa tiene una duración típica de tres semanas y un eje temático diferente. En mi caso, el programa se llamó “compromiso ambiental y la economía”, por lo que todas nuestras actividades estuvieron relacionadas a asuntos de medio ambiente. Con ese hilo conductor, escuchamos una gran cantidad de voces proveniente del sector gubernamental, empresario, la academia y la sociedad civil; tocando temas muy variados, tales como incendios forestales, energía sostenible, políticas ambientales, tratamiento de aguas y restauración costera, por nombrar algunos. Un aspecto a destacar es que la agenda de cada ciudad es arreglada por una organización local de voluntarios, asegurando de algún modo que se obtengan visiones múltiples sin una ideología en particular.

El grupo estaba conformado por profesionales de distintas especialidades y antecedentes muy diversos, provenientes de Chile, Bolivia, Ecuador, Perú, Venezuela, República Dominicana, Nicaragua, Cuba y México. Sin lugar a duda, el intercambio con cada uno de ellos fue la otra gran experiencia del viaje.

Por último, las ciudades que tuvimos oportunidad de visitar fueron:

  1. Washington D.C.
  2. San Francisco, California
  3. Sacramento, California
  4. Cincinnati, Ohio
  5. Pensacola, Florida

Destacados de cada ciudad

En cada ciudad la agenda fue muy intensa en cuanto a las visitas y reuniones que mantuvimos con cada organización, entre las que se incluyeron agencias Federales, Estatales, ONGs, universidades y empresas.

A continuación, te contaré lo que personalmente más me gustó de cada ciudad, acompañando también la reseña con algunas fotos 😊

1. Washington D.C.

Al ser la capital, aquí se encuentran las sedes de todas las agencias Federales del país, las cuales se encargan resumidamente de formular las políticas a nivel nacional (y de liberar los fondos también!). 

Algo que me llamó la atención fue descubrir que en un radio de 1 km y tomando la Casa Blanca como centro se encuentran las sedes de las principales instituciones del mundo en materia económica, como la Reserva Federal, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Interamericano de Desarrollo. DC no sólo centraliza el poder nacional, sino que también es el lugar desde donde se ejerce gran parte del poder mundial. No es algo que no se sepa, pero verlo reflejado territorialmente me pareció interesante.

Volviendo al tema, destaco dos encuentros que me gustaron:

– Departamento de Estado

Fue muy bueno haber escuchado de primera mano, y no a través de los medios de comunicación, los motivos por los cuales Estados Unidos (¿o simplemente Donald Trump?) decidió salirse del Acuerdo de París. Nada nuevo para agregar, ya que el discurso fue exactamente igual a lo que ya todos conocen. En resumen, que los términos del Acuerdo no son favorables para la economía del país y que lograrán reducir sus emisiones de carbono mediante un uso más limpio de los combustibles fósiles (tal como se vio en la COP23, imperdible!). Aún así, no existe al día de hoy posición oficial acerca de qué términos serían adecuados para que el gobierno acepte formar parte de un acuerdo climático multilateral. America First!

– Smart Growth America “Making Neighborhoods Great Together

Lo que me gustó de esta organización, presidida por el exgobernador de Maryland Parris Glendering, es su interés por convertir a las ciudades de EEUU en lugares más vivibles. El punto que sostienen es que no hay justificación práctica para que ciudades medias y pequeñas tengan tan poca densidad poblacional y separación por usos,, argumentando que se ha llegado a esta situación debido a políticas específicas que promovieron eso en períodos históricos particulares. Este reconocimiento lleva a que la organización se ocupe de proponer estrategias y políticas destinadas a controlar el crecimiento urbano con el fin de evitar los errores del pasado y también a proponer formas de adaptar las ciudades a las necesidades y gustos de los habitantes actuales y futuros.

En un país atravesado a diestra y siniestra por autopistas y tan dependiente del automóvil, esta iniciativa me pareció extremadamente relevante. A mi entender, es como si hubiera un incipiente interés de Estados Unidos en mirar a Europa para buscar inspiración sobre cómo lograr ciudades más caminables, mejor conectadas por transporte público y con una escala más humana. Simplemente, más sostenibles.

2. San Francisco, CA

San Francisco es la ciudad del famosísimo Golden Gate, de Silicon Valley, de la Fiebre del Oro, del movimiento hippie, de los derechos de los homosexuales, de los homeless y de muchas cosas más. Su ethos liberal y progresista característico es sin dudas el resultado de ese sincretismo de culturas e historias que se han dado en la ciudad a lo largo del tiempo. Es una ciudad muy loca, sí, pero cada uno en la suya y sin molestar a nadie.

El encuentro que más me gustó:

– University of California, Berkeley – Center for Fire Research and Outreach 

El profesor y director de este centro de investigación y divulgación, Scott Stephens, fue nuestro anfitrión. La relevancia del tema viene dada por los recientes incendios forestales que ocurrieron en California. Lo que nos contaba es que la situación es muy preocupante ya que convergen una serie de situaciones complejas. Por un lado, está el aumento de la temperatura promedio causada por el cambio climático, que acentúa las sequías y eleva los riesgos de incendio. Por otro lado, más de 2 millones de personas viven en zonas de elevado riesgo de incendio. Adicionalmente, la baja heterogeneidad de los bosques permite que el fuego se propague rápidamente, haciéndolo poco resiliente a los incendios en general.

Una de las soluciones necesarias (pero no única) para contener el elevado riesgo de incendio es la realización de quemas controladas en áreas de mayor riesgo. Pero este método apenas obtuvo relevancia y recursos adecuados recientemente, cuando las consecuencias de estos episodios se tornaron notoriamente muy costosas. Aun así, dos semanas después de que nos fuimos ocurrió el incendio más grande y destructivo de la historia de California.

3. Sacramento, CA

Sacramento es la capital de California, importante principalmente porque es desde dode el Gobernador acciona su poder. Es una ciudad bonita, prolija y pequeña pero sin ningún rasgo sobresaliente apreciable. Quizás sea el contraste con San Francisco lo que le hace poca justicia. Su centro histórico, reminiscente a un pueblo del Far West es lo más destacado para el turista urbano. 

Dejando la reseña turística de lado, me gustó mucho el siguiente encuentro:

– California Environmental Protection Agency (Cal/EPA)

La fama de la CalEPA, la agencia ambiental de California, viene dada por ser artífice y defensora de una de las políticas de cambio climático más progresistas del mundo, exactamente lo opuesto a lo que escuchamos en el Departamento de Estado y la EPA en Washington DC. Ellos actúan como si tuvieran que cumplir con el Acuerdo de París, y todos sus esfuerzos están perfectamente alineados con este compromiso. Digo «como si» porque como Estado subnacional no pueden firmar ningún acuerdo internacional de estas características, y tampoco tener representación oficial en los foros internacionales, tales como las COP.

Anecdóticamente, cuando estuve en la COP23 de Bonn, California tuvo una fuerte presencia en los eventos y fueron, de alguna manera, los representantes no oficiales de los Estados Unidos, ya que la verdadera delegación del país fue bastante polémica.

Breve mención del programa Cap-and-Trade

No quisiera dejar de resaltar el notable trabajo que CalEPA lleva adelante con la implementación del sistema de Comercio de Emisiones de Carbono (llamado Cap-and-Trade Program en inglés), el cual es hoy día uno de los más avanzados del mundo. El mismo se basa en fijar un techo de emisiones de CO2 y luego dividir ese total en cuotas/permisos entre los sujetos participantes del programa. Cada sujeto/empresa tiene, por lo tanto, una determinada cantidad de permisos/emisiones a su disposición. Si luego de implementar sus mejoras no logran reducir sus emisiones por debajo de los permisos que tienen asignados, puede comprarle el permiso a otra empresa que le sobren o al Estado en una subasta que se hace cada 3 meses. Como referencia, 1 permiso equivale a 1 millón de toneladas métricas de CO2.

El truco está en que el sistema debe estar diseñado para que haya más incentivos en reducir las emisiones mediante la implementación de mejoras  que en comprar los permisos de emisión. 

El principal beneficio de este sistema es que otorga máxima flexibilidad para cumplir con el objetivo y además evita promover algo históricamente antipopular como lo es crear un impuesto, en este caso, al carbono (el carbón tax es la alternativa típica). Otro atributo necesario de este sistema es que, para reducir las emisiones en un período dado, el techo de emisiones totales debe ir reduciéndose cada cierto tiempo.

Están tan conformes con los resultados obtenidos hasta el momento que recientemente decidieron extenderlo al 2030, como uno de los mecanismos para lograr el objetivo de reducir las emisiones de CO2 en un 40% con respecto a las emisiones de 1990. Well done California!

4. Cincinnati, OH

La única referencia que tenía de esta ciudad era el por el tenis, ya que aquí se juega el Masters de Cincinnati. Un dato interesante es que aquí nos hospedamos en un hotel histórico, el hotel Hilton Netherland Plaza, el cual es una verdadera joya arquitectónica de estilo Art Deco de los años ’30 y que fue usado como modelo para la construcción Empire State Building de Nueva York.

En esta ciudad, la siguiente ONG me pareció genial:

– Green Umbrella

Traducido como “paraguas verde”, es una ONG que trabaja bajo los principios del Modelo de Impacto Colectivo, el cual consiste en proponerse sentar a todos los actores relevantes de un tema en particular en la misma mesa con el fin de trabajar articuladamente en pos de un bien común, en este caso, la sostenibilidad. Lo que más se observa sin embargo es el camino opuesto, esto es, ONGs trabajando por cuenta propia y cada una siguiendo sus objetivos, perdiéndose así las posibilidades de lograr un impacto mayor a través de un trabajo coordinado.

Green Umbrella es, en este caso, la organización “paraguas» que da el empuje y la estructura necesaria para el área del Greater Cincinnati. Su trabajo es reunir a todos los actores, definir una agenda común por consenso, y operacionalizar dicha agenda en base a objetivos medibles para cada organización. Este salto conceptual permite, como dije, que las ONGs y otros actores que trabajan en una misma temática no hagan esfuerzos aislados y de bajo impacto.

Este tipo de organización es, en principio, trasladable a casos fuera de los EEUU, por lo que les recomiendo que se tomen el tiempo de estudiarlo en mayor detalle, ¡si es que quieren fundar su ONG paraguas en el futuro!

5. Pensacola, FL

Pensacola es el sitio de los EEUU donde los colonos europeos pisaron tierra por primera vez, allá por el 1559. Esto hace a la ciudad el primer asentamiento del país. Pero ese pasado remoto es difícil de ver para el turista que visita esta ciudad en sus vacaciones para disfrutar de sus playas.

Hoy día, Pensacola es una pequeña ciudad del norte de Florida sustentada económicamente por la industria de la salud, el turismo de playas y una de las bases navales aéreas más importantes de los EEUU.

Un proyecto muy bueno que tuvimos oportunidad de conocer es el siguiente:

– Pensacola Bay Living Shoreline Project

Se trata de un proyecto de restauración de las costas de la bahía de Pensacola. La técnica de la «costa viviente» consiste en instalar rompeolas en las cercanías de las costas utilizando rocas en conjunto con otros componentes orgánicos, como plantas subacuáticas y arrecifes de ostras.
Vale destacar que esta técnica no se utiliza en mar abierto. Actualmente, este proyecto recibe parte de su financiamiento del fondo generado por el tristemente famoso derrame petrolero de Deepwater Horizon, que impactó particularmente el área de Pensacola. 

El propósito final de instalar estas “estructuras vivientes” en frente a las costas de la bahía es reducir la erosión ocasionada por las olas y restaurar los hábitats originarios llamados de transición, como las marismas y los arrecifes. Los resultados que se pueden obtener por medio de esta técnica son principalmente aumentar la biomasa de ostras (que son un elemento esencial del ecosistema costero), mejorar la calidad de agua, amortiguar el efecto de las inundaciones y atraer mayor cantidad de vida silvestre. 

En las siguientes dos fotos, puede observarse el antes y el después de implementar este tipo de sistema:

Comentario final

A modo de cierre, en esta sección final quisiera señalar apenas tres cosas que me ha dejado esta experiencia:

  • Il buono, il brutto, il cattivo. En Estados Unidos, al ser un país tan extenso geográficamente y tan federal, se puede encontrar prácticamente de todo, desde los mejores hasta los peores ejemplos en cuanto a sostenibilidad. En general, es innegable que están muy avanzados en muchísimas cuestiones y creo que la entereza de las instituciones y la estabilidad del país permiten que se pueda trabajar muy bien en muchos temas ambientales. Esto es un factor importantísimo que creo explica buena parte de sus éxitos. Sin embargo, es igualmente cierto que no está todo resuelto. Las organizaciones que visitamos también tienen que “remar” bastante para llevar su agenda ambiental adelante, de otra manera quizás, pero sin tener nada dado como uno podría creer al provenir de un país en vías de desarrollo. En fin, todo convive y da lugar a una gran heterogeneidad; por eso digo que podemos encontrar lo bueno, lo feo y lo malo según donde uno esté.
  • Acuerdo de París. No ha dejado de sorprenderme que el debate sobre si el cambio climático es real o no está aún en discusión abierta. No por algo se tiene una polarización tan abrupta entre lo que se dice en Washington DC y lo que hace California. Llegamos a la conclusión que en nuestros países, los latinoamericanos, la polarización es de otra naturaleza: entre los que se pueden preocupar por el cambio climático (y no lo niegan) y los que tienen necesidades mucho más inmediatas que resolver, como un plato de comida.
  • Alianzas. La capacidad de forjar alianzas entre organizaciones que tienen agenda común es sin duda uno de los motivos del éxito de aquellos que están haciendo bien las cosas. Imagínense ser una ONG u otro tipo de organización y presentar una propuesta de 10 hojas a un gobierno contando con el aval de 100 instituciones de renombre. Eso lo he visto, por ejemplo, con California Releaf y cierta medida también con Green Umbrella. Creo que algo así es la mejor carta de presentación que una organización pueda tener.