«La ciencia es la clave de nuestro futuro y si tú no crees en la ciencia, entonces nos estás reteniendo a todos hacia atrás».

Bill Nye (1955) – Divulgador científico estadounidense

En este post me propongo presentarte de manera sencilla los conceptos más importantes que se necesitan para entender las bases científicas del cambio climático. Haré lo mejor posible para que te queden claros los temas que te encontrarás con mayor frecuencia y también para que te sirva como referencia para seguir explorando y aprendiendo por tu cuenta. El contenido de este post es apenas la punta del iceberg de todo el conocimiento científico sobre este tema, pero sin dudas un buen comienzo como para que puedas “salir a la cancha”.

Los temas tratados en este post son:

  1. La diferencia entre tiempo y clima. Primero lo primero
    • BOX: Tiempo y clima, una diferencia no comprendida por todos
  2. Sistemas. Un enfoque útil
    • ¿Qué es un sistema?
  3. Sistema climático. Los órganos de la Tierra
    • El sistema climático es dinámico
    • Entonces, ¿Qué clase de sistema es el sistema climático?
  4. Atmósfera. La piel de la vida
    • BOX: ¿Es la atmósfera un recurso escaso?
  5. Efecto invernadero. El abrigo térmico
    • ¿Cuáles son los gases de efecto invernadero?
    • BOX: ¿Por qué enfocarse tanto en el CO2 si el vapor de agua es el principal gas de efecto invernadero?
  6. Perturbación y respuesta del sistema climático. Causa-efecto
  7. El factor humano. Influencia global
  8. Resumen

La diferencia entre tiempo y clima. Primero lo primero

Lo primero a entender es la diferencia entre entre “tiempo” y “clima”.

Los fenómenos que ocurren en la atmósfera en un momento determinado se consideran “tiempo” e incluye, entre otras cosas, la dirección y la velocidad del viento, las precipitaciones, la presión atmosférica, la temperatura y la humedad relativa. El tiempo varía en un período corto de tiempo, por ejemplo, unos días, semanas o meses. El clima es el promedio del estado del tiempo y abarca períodos de tiempo prolongados (p. ej., 30 años).

El siguiente gráfico lo ilustra claramente:

Diferencia entre tiempo y clima

Una confusión común entre clima y tiempo surge al preguntarse cómo los científicos pueden predecir el clima que habrá dentro de 50 o 100 años si no pueden predecirlo para dentro de unas semanas. La respuesta es que la naturaleza caótica del estado del tiempo hace impredecible cualquier pronóstico más allá de unos pocos días. En cambio, la proyección de cambios en el clima (es decir, el estado del tiempo promedio a largo plazo) debido a cambios en la composición atmosférica u otros factores resulta una cuestión muy diferente y mucho más manejable, haciéndolo en principio posible.

A modo de analogía (un poco necrológica, lo reconozco) podemos comparar el clima con la esperanza de vida promedio y el tiempo con la fecha exacta de deceso de una persona. Si bien resulta imposible predecir a qué edad morirá un ser humano, sí podemos decir con gran confianza que la esperanza de vida promedio de las personas en los países industrializados es de alrededor de 79 años.

Tiempo y clima, una diferencia no comprendida por todos
No seas como Donald Trump quien, el 29 de diciembre de 2017, twitteó:

“En el Este, podría ser la Víspera de Año Nuevo MÁS FRÍA. Tal vez podríamos usar un poco de ese buen y viejo (concepto de) calentamiento global por el que nuestro país, pero no en otros países, iba a pagar BILLONES DE DÓLARES para protegerse. ¡Abríguense!”

¿Cómo puede el calentamiento global ser real si hace tanto frío afuera? Que un día sea frío no significa que no exista el calentamiento global, porque lo que ocurre en un día no dice nada sobre la tendencia a largo plazo, es decir, sobre el clima. Trump, claro está, no conoce la diferencia entre tiempo y clima.
Fuente: CNN

Sistemas. Un enfoque útil

La idea de empezar hablando de sistemas de manera general es para que luego, cuando hablemos del sistema climático en particular, puedas ver qué tipo qué tipo de sistema es y cómo se diferencia de otros.  

Al mismo tiempo, adoptar un enfoque sistémico para resolver problemas es de suma importancia. Esto nos permite generar modelos, es decir, representaciones simplificadas de la realidad, para que podamos entender mejor distintos aspectos del mundo en que vivimos, con el propósito de reestructurar esos sistemas e identificar cuáles son los puntos de intervención para generar el cambio que queremos lograr. 

¿Qué es un sistema?

De acuerdo a Ludwig von Bertalanffy, padre de la Teoría General de Sistemas, la definición más básica de un sistema es la siguiente: conjunto de elementos en interacción. Un sistema posee, además, una frontera que lo separa del ambiente exterior, a través de la cual puede realizar intercambios. La naturaleza de los elementos del sistema y de sus interacciones tanto internas como con el ambiente determina las propiedades del mismo.

De manera conceptual, podemos representar lo dicho anteriormente así:

Esquema general de un sistema.

Los sistemas se clasifican según alguna condición específica, por ejemplo:

  • Según su relación con el medio ambiente:
    • Abiertos: si intercambian materia y energía con el ambiente.
    • Cerrados: si intercambian energía, pero no materia con el ambiente.
    • Aislados: no intercambian materia ni energía con el ambiente
  • Según su origen. Pueden ser naturales (presentes en la naturaleza) o artificiales (construidos por el hombre).
  • Según sus relaciones. Pueden ser simples (con pocos elementos y relaciones sencillas entre ellos) o complejos (con múltiples elementos y relaciones cambiantes entre ellos).
  • Según su comportamiento en el tiempo. Pueden ser estáticos (no cambian en el tiempo) o dinámicos (cambian a medida que el tiempo transcurre).

Algunas propiedades importantes de los sistemas son las siguientes:

  • Finalidad. Todo sistema posee uno o más propósitos.
  • Jerarquía. Todo sistema presenta cierto grado de jerarquización de sus elementos, esto es, de control de algunos sobre otros. 
  • Correlación. El sistema siempre reaccionará globalmente a cualquier estímulo producido en cualquier parte o unidad. Existe una relación de causa y efecto entre las diferentes partes del sistema.
  • Homeostasis: Algunos sistemas tienen una tendencia a adaptarse con el fin de alcanzar un equilibrio interno frente a los cambios externos del medio ambiente.
  • Frontera. Los sistemas poseen una frontera y pueden intercambiar materia y energía con el ambiente. La frontera a veces debe ser definida por el observador de manera arbitraria.
  • Complejidad: el total es más que la suma de sus partes (“1+1+1=8”). El comportamiento individual de los elementos no nos dice nada del comportamiento de todo el sistema.
  • Los sistemas existen dentro de sistemas. Un sistema puede estar compuesto por subsistemas.

Ejemplos de sistemas:

  • Automóvil
  • Computadora
  • Cuerpo humano
  • Ciudad
  • Empresa
  • Procesos industriales
  • Sociedades humanas
  • Ecosistema
  • Sistema climático

Incorporando algunos de los conceptos vistos más arriba, también podemos representar un sistema de la siguiente manera:

Representación esquemática de un sistema.

Sistema climático. Los órganos de la Tierra

Todo sistema es un conjunto de elementos en interacción, OK? Entonces, para el caso del sistema climático terrestre, debemos primero identificar cuáles son sus elementos y también cómo se interrelacionan entre sí.

Por empezar, el sistema climático se compone del siguiente conjunto de elementos, que llamaremos subsistemas o componentes:

  • La atmósfera. La capa gaseosa que envuelve la Tierra.
  • La hidrósfera. Agua dulce y salada en estado líquido (océanos, ríos y lagos).
  • La criosfera: Agua en estado sólido (glaciares, Ártico, Antártida y Groenlandia).
  • La litosfera. El suelo (elementos terrestres, terrosos y rocosos).
  • La biosfera. Conjunto de seres vivos (humanos, otras especies, vegetación terrestre y marina).

El conjunto de estos componentes determina el estado y la dinámica del clima terrestre. En sentido amplio, el clima es el estado del sistema climático.

Cada uno de ellos posee, también, dinámicas propias, donde a su vez intercambian materia y energía entre ellos. Estas son las interrelaciones, y se muestran de manera simplificada en el siguiente gráfico:

Por otro lado, la descripción de cada uno de estos subsistemas y la interacción entre ellos se puede realizar matemáticamente, lo que da lugar a la construcción de sofisticados modelos del sistema climático global. Estos son utilizados para entender el conjunto y también para poder responder preguntas sobre el comportamiento futuro, por ejemplo, ¿cuál será la temperatura media global al cambiar la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera?. Al tratarse de un sistema complejo, no es posible sacar conclusiones del sistema en su totalidad a través del estudio individual de sus componentes.

Resalto que, a pesar de que el conocimiento científico no conozca de manera acabada el 100% de las interrelaciones de este sistema tan sofisticado, igualmente se pueden construir modelos con alto grado de precisión y capacidad predictiva.

El sistema climático es dinámico

El sistema climático aún en períodos estables posee fluctuaciones naturales del clima. Estas fluctuaciones u “oscilaciones”, como se denominan frecuentemente (porque oscilan entre dos estados principales), pueden tener un impacto considerable en el clima, tanto a escala regional como mundial.

El más conocido ejemplo de ello es el fenómeno denominado El Niño-Oscilación del Sur, ENSO (en inglés). Se trata de un patrón climático que consiste en la oscilación de los parámetros meteorológicos del Pacífico Ecuatorial y que ocurre aproximadamente cada 5 años de forma cuasi-periódica. Presenta dos fases opuestas, una de calentamiento del océano y lluvias en el Pacífico oriental conocido como el fenómeno de El Niño (la zona roja cerca del Ecuador en la siguiente imagen a la izquierda) y la otra fase de enfriamiento llamada La Niña (la zona azul cerca del Ecuador en la imagen de la derecha).

El origen del nombre “El Niño” se debe al calentamiento de las aguas costeras en el Norte del Perú y Ecuador que ocurre cerca de las fiestas de Navidad, el cual servía para señalar el fin de la temporada de pesca. En el el mundo occidental este fenómeno se conoce desde la época de la colonización de América, alrededor del siglo XV.

Los cambios producidos en la atmósfera debido a los eventos ENSO alteran los patrones de lluvias produciendo inundaciones y sequías extremas en varias partes del mundo. Por ello, es un interesante ejemplo de cómo pequeños cambios de temperatura en una región acotada pueden generar una secuencia de cambios tan fundamentales en el estado del sistema climático en casi todos los continentes.

Entonces, ¿Qué clase de sistema es el sistema climático?

De acuerdo a lo visto anteriormente, el sistema climático es:

  • Natural.
  • Cerrado. Intercambia energía con el ambiente, pero es materialmente cerrado. Es decir, el sistema climático recibe energía solar y refleja parte de ella de distintas formas al espacio exterior, pero toda la materia del sistema sólo sufre transformaciones internamente.
  • Equilibrio dinámico. El sistema oscila de manera dinámica en torno de un punto de equilibrio medio, el clima, pero sin reproducirlo nunca exactamente, tal como muestra el caso de los eventos ENSO.
  • Complejo. El conjunto de sus componentes exhibe propiedades y comportamientos no evidentes a partir de la observación de las partes individuales.

Atmósfera. La piel de la vida

La atmósfera terrestre protege la vida en la Tierra, debido a que absorbe parte de la radiación solar ultravioleta, calienta la superficie a través de la retención del calor, reduce las diferencias de temperatura entre el día y la noche, y actúa como escudo protector contra los meteoritos.

Sin embargo, la transparencia del aire hace que la atmósfera sea invisible para nosotros, por lo que a menudo nos olvidamos de la absoluta dependencia que tenemos de ella. Tal como dice el reconocido climatólogo argentino Pablo Canziani, la atmósfera es verdaderamente la “piel de la vida” en la Tierra.

En ella, se pueden distinguir 5 capas según características como la temperatura y la composición química. Estas son:

  • exosfera
  • termosfera
  • mesosfera
  • estratosfera
  • troposfera

La atmósfera se diluye en cada capa superior hasta que los gases se disipan en el espacio, aproximadamente a los 600 km desde la superficie, aunque en realidad, no existe un límite claro entre la atmósfera y el espacio.

Capas de la atmósfera.

La atmósfera está compuesta por una mezcla de gases homogénea que denominamos aire:

  • Nitrógeno – 78%
  • Oxígeno – 21%
  • Argón – 0,93%
  • Dióxido de carbono (CO2) – 0,04%
  • Otros gases – menos del 0,03%. Entre ellos: neón, helio, metano, criptón e hidrógeno, así como vapor de agua.

A pesar de que, como vimos antes, la atmósfera se extiende hasta los 600 km aproximadamente, el 80-90% de los gases se ubica entre los primeros 18 km en los trópicos y 8-9 km en los polos, en la capa que llamamos troposfera. Por tal motivo es en la troposfera, la capa más próxima, donde ocurren la mayoría de los fenómenos meteorológicos y donde se encuentra la mayoría de los gases de efecto invernadero. Cuando preguntamos por el estado del tiempo en verdad queremos saber qué sucederá en la troposfera.

¿Es la atmósfera un recurso escaso?
“Si comparamos a la Tierra, que tiene un diámetro medio de 12.742 kilómetros con una naranja de 7 centímetros de diámetro, el espesor de la troposfera, con el 90% de la masa atmosférica, oscilaría entre 0,099 y 0,004 milímetros. Eso no sería mucho más que la capa de polvo que se acumularía sobre esta naranja durante una semana en un estante. El 10% restante de la masa, contenida entre la tropopausa, el límite de la tropósfera, y hasta los 600 kilómetros de altura, o sea en los 5,3 milímetros restante sobre nuestra naranja, tiene la función de retener la radiación UV, los rayos X y los rayos cósmicos«.

Viéndolo así, la atmósfera sí es un recurso natural escaso.

Fuente: Pablo Canziani. Atmósfera: La Piel de la Vida (2015)  

Efecto invernadero. El abrigo térmico

¿Recuerdas que el sistema climático intercambia energía (pero no materia) con el exterior? La temperatura de la Tierra es resultado de ese intercambio, en particular, del equilibrio entre la energía que recibe del Sol (radiación solar) y la energía que libera al espacio exterior. Alrededor de la mitad de la radiación solar que recibe la Tierra y su atmósfera se absorbe en la superficie. La otra mitad es absorbida por la atmósfera o vuelve a emitirse al espacio por las nubes, pequeñas partículas en la atmósfera, la nieve, el hielo y los desiertos en la superficie terrestre.

Parte de la energía absorbida en la superficie terrestre vuelve a irradiarse (se “devuelve”) a la atmósfera y al espacio en forma de energía térmica. En la atmósfera, no toda la radiación térmica emitida por la Tierra alcanza el espacio exterior. Parte de esta es absorbida y reflejada de nuevo hacia la superficie de la Tierra por las moléculas de los gases de efecto invernadero (GEI) y las nubes, lo que causa el “efecto invernadero”. Dicho de otra manera, los GEI atrapan el calor que de otra manera escaparía al espacio.

Ese balance de energía está representado esquemáticamente en la siguiente figura:

Debido a la presencia de este “abrigo” que nos dan los GEI, la temperatura media global se mantiene constante en torno a los 15°C, muy superior a los -19°C que sentiríamos sin el efecto invernadero natural. Esto demuestra que a pesar de la mala prensa que tienen los gases de efecto invernadero, resultan fundamentales para mantener el equilibrio térmico que permite vida en la Tierra.

Si no te ha quedado del todo claro, seguro podrás entenderlo mejor con este video:

¿Cuáles son los gases de efecto invernadero?

Los dos gases más abundantes en la atmósfera, el nitrógeno (que abarca el 78% de la atmósfera seca) y el oxígeno (que abarca el 21%), apenas provocan efecto invernadero. En cambio, el efecto invernadero proviene de moléculas más complejas y mucho menos comunes. El vapor de agua es el gas de efecto invernadero más importante y el dióxido de carbono (CO2) el segundo. El metano, el óxido nitroso, el ozono y otros gases presentes en la atmósfera en pequeñas cantidades contribuyen también al efecto invernadero.

La acción del hombre influye de forma significativa sobre las concentraciones de algunos GEI, como el dióxido de carbono (CO2), aunque no así en otros, como el vapor de agua. También existen GEI que no se encuentran presentes naturalmente en la atmósfera y que son introducidos únicamente por acción humana.

Veamos la siguiente tabla con esta información sintetizada:

Principales gases de efecto invernadero de la atmósfera, tanto de origen humano como naturales.

Vale la pena detenernos un momento para comentar este factor que aparece en la tabla bajo el título “potencial de calentamiento”. Si bien sabemos que estos gases son capaces de retener calor y contribuir positivamente al efecto invernadero, lo hacen cada uno en distinta medida. La diferencia viene dada principalmente por dos factores:

  1. cuánto calor pueden absorber
  2. su tiempo de permanencia en la atmósfera.

Por eso, para poder comparar “manzanas con manzanas” se utiliza el concepto de Dióxido de Carbono Equivalente, considerando el potencial de calentamiento de cada gas en referencia al Dióxido de Carbono. Como se ve en la tabla, el metano es 25 veces más “potente” que el dióxido de carbono. Esto quiere decir que 1 tonelada de metano puede perturbar el sistema climático de forma equivalente a lo que harían 25 toneladas de dióxido de carbono. Por lo tanto, para poder sumar ambas contribuciones hay que tomar el factor Potencial de Calentamiento Global como multiplicador de cada gas. De allí es que se utilice muy a menudo la unidad del Dióxido de Carbono Equivalente, que se escribe como «CO2-eq«.

¡Cuidado! Muchas veces se informan resultados en “CO2cuando en realidad se muestran datos correspondientes a CO2-eq, lo que enmascara la presencia de otros GEI. Estén atentos a no confundirse con este “detalle”.

¿Por qué enfocarse tanto en el CO2 si el vapor de agua es el principal gas de efecto invernadero?
Es cierto que el vapor de agua es el GEI que más contribuye al efecto invernadero de la Tierra. Sin embargo, el vapor de agua no controla la temperatura de la Tierra, sino que es controlado por la temperatura. Esto se debe a que la temperatura de la atmósfera circundante limita la cantidad máxima de vapor de agua que puede contener la atmósfera. Además, una molécula de vapor de agua responde muy rápidamente a los cambios en la temperatura, a través de la evaporación, la condensación y la precipitación; ciclo que se complementa en aproximadamente una semana.

Si no hubiera habido un aumento en las cantidades de gases de efecto invernadero no condensables (dióxido de carbono, metano, etc.), la cantidad de vapor de agua en la atmósfera no habría cambiado. El problema es la que adición de estos GEI no condensables hace que la temperatura aumente, lo que conduce a un aumento en el vapor de agua atmosférico por evaporación y a su vez en un mayor aumento de la temperatura por efecto invernadero ocasionado por el vapor de agua. Este es un ejemplo de un efecto de retroalimentación positiva. El calentamiento debido al aumento de los gases no condensables hace que ingrese más vapor de agua a la atmósfera, lo que se suma al efecto de los no condensables.

Por otro lado, es imposible controlar directamente la cantidad de vapor de agua en la atmósfera, ya que el agua se encuentra en nuestro planeta por todas partes, cubriendo el 71% de la superficie terrestre. Sus fuentes y sumideros abarcan casi toda la superficie del planeta.

Por lo tanto, para limitar la cantidad de vapor de agua en la atmósfera y controlar la temperatura de la Tierra, es preciso que el ser humano se enfoque en reducir las emisiones de los GEI no condensables, los cuales provienen de un sinnúmero de actividades de origen humano.

Perturbación y respuesta del sistema climático. Causa-efecto

Recordemos que una propiedad importante de los sistemas es la correlación, es decir, causa-efecto. El sistema siempre reaccionará globalmente a cualquier estímulo producido en cualquier parte o unidad.

En el sistema climático la causa es el estímulo o perturbación producido al sistema que se da por aquellos factores que lo fuerzan a salir de su equilibrio, por ejemplo, debido a la incorporación de Gases de Efecto Invernadero a la atmósfera.

El efecto es la respuesta que da sistema a través del cambio de las variables que responden a esta perturbación o «forzamiento», por ejemplo, un cambio en la temperatura media global.

Este accionar se muestra esquematizado en la siguiente figura:

Perturbación del sistema -> Respuesta del sistema -> Impactos (directos e indirectos)

Visto así, el calentamiento global (o el aumento medible de la temperatura media de la Tierra) es la respuesta del Sistema Climático a causa de las emisiones de GEI. Este cambio en el sistema produce, desde luego, los impactos que tanto nos preocupan, los cuales pueden ser:

  • Directos, por ejemplo:
    • intensificación de la frecuencia de los fenómenos meteorológicos extremos, tales como olas de frío o calor, lluvias torrenciales, sequías prolongadas,
    • transformación de ecosistemas,
    • la fusión de las masas de hielo.
  • Indirectos, por ejemplo:
    • mayor frecuencia e intensidad de los incendios forestales,
    • aumento del nivel del mar a causa del derretimiento de los hielos
    • pérdida de biodiversidad

De esta manera, se pueden establecer importantes relaciones entre las perturbaciones y los impactos que ocasionan las respuestas del sistema. Por ejemplo: a mayor cantidad de GEI añadidos a la atmósfera, mayor elevación del nivel del mar.

El factor humano. Influencia global

Como hemos visto hasta ahora, hemos llegado a un punto en el cual las actividades humanes no pueden ser dejadas de lado. Estas actividades son las responsables indiscutidas de la alteración del sistema climático, por tal motivo, debemos considerarnos en el conjunto del problema del cambio climático.

A este nuevo componente lo llamaremos subsistema socio-económico, y se agrega como un factor de influencia global:

Relación entre el subsistema socio-económico y los demás componentes naturales del sistema climático.

El subsistema socio-económico interactúa de manera permanente con los demás subsistemas y no puede ser dejado de lado para entender el comportamiento del conjunto. Pensemos que, por ejemplo, nuestras actividades liberan grandes cantidades de GEI, cambian el uso del suelo en grandes superficies, vierten residuos contaminantes a los ríos y océanos y consumen recursos de todo tipo de la corteza terrestre.

Nuestro impacto en la Tierra es tan notorio que, de hecho, varios científicos proponen bautizar la era geológica en la que vivimos como Antropoceno, donde el hombre actúa como principal fuerza de cambio del planeta.

De igual forma, los impactos del cambio climático a causa de nuestra intervención en el sistema climático recaen sobre nosotros mismos, afectando a los sistemas humanos de maneras sin precedentes. Por ejemplo, los incendios forestales que aumentan en frecuencia e intensidad por el cambio climático desplazan poblaciones enteras y destruyen todo a su paso. Lo mismo sucede con las inundaciones por los cambios en los patrones de precipitación o por elevación del nivel del mar, tal como sucede en pequeños estados insultares como Fiji.

Por último, la premisa de entender al subsistema socio-económico como parte del sistema Tierra, es la misma que considera la Economía Ecológica para desarrollar un nuevo enfoque en la ciencia económica.

Resumen

  • El tiempo y el clima son conceptos diferentes. El tiempo se refiere a las variables atmósfericas en un momento dado y el clima al estado promedio de dichas variables durante períodos prolongados. El clima se espera se mantenga constante, pero no ha sido ni será siempre así. El cambio climático es cuando el valor medio de esas variables (temperatura, precipitación, etc.) cambia y persiste durante largos períodos de tiempo. El tiempo, en vez, cambia todos los días.
  • El sistema climático se caracteriza por la interrelación de los componentes atmósfera, hidrósfera, criosfera, litósfera y biósfera, y por el intercambio de energía con el espacio exterior. Se trata, además, de un sistema complejo y dinámico pero que, no obstante, puede ser representado matemáticamente mediante el uso de modelos para poder mejorar nuestra comprensión del mismo.
  • La atmósfera cumple funciones esenciales que permiten la vida en la Tierra. Se compone de distintas capas, de las cuales si distinguen dos:
    • Estratósfera: Está sobre la tropósfera. Tiene menos aire y, por lo tanto, menos oxígeno. Aquí se encuentra la capa de ozono, que nos protege de los rayos ultravioletas del sol.
    • Tropósfera: Es la capa en contacto con la superficie terrestre. Concentra el 80-90% de los gases de toda la atmósfera, como el vapor de agua, el oxígeno y los Gases de Efecto Invernadero. Aquí se producen los fenómenos meteorológicos.
  • El efecto invernadero es un fenómeno natural que logra mantener a la Tierra en equilibrio térmico. Sin los gases que logran retener el calor que es reflejado por la Tierra, la temperatura media sería de -19°C, en vez de 15°C que sentimos gracias a este fenómeno.
  • Los principales Gases de Efecto Invernadero (GEI) emitidos por actividades humanas: el Dióxido de Carbono (76%), el Metano (16%) y el Óxido Nitroso (6%).
  • Para poder agruparlos todos los GEI en un único indicador se utiliza un factor que se llama “Potencial de Calentamiento Global”, el cual se utiliza como multiplicador para poder llegar a una única unidad comparable llamada “Dióxido de Carbono Equivalente” y que se escribe “CO2-eq”.
  • Una propiedad importante del Sistema Climático es la de correlación, es decir, de causa-efecto. Una perturbación en el sistema generará un determinado resultado, por ejemplo, la acumulación excesiva de GEI en la atmósfera resulta en el aumento de la temperatura media del planeta, es decir, en un calentamiento global. Esta alteración genera, a su vez, impactos directos e indirectos, como el derretimiento de los glaciares y el aumento del nivel del mar. Entonces: Causa -> Efecto -> Impacto.
  • Por último, todo apunta a que las actividades humanas son las responsables indiscutibles de la perturbación del sistema climático en la actualidad. Por tal motivo, debemos considerarlas en el conjunto del problema del cambio climático. Al sistema climático le agregamos un nuevo componente que llamamos “subsistema socio-económico”.
  • Así como nosotros afectamos de manera directa el sistema climático, los cambios generados en este pueden, de igual forma, afectarnos a nosotros mismos. El cambio climático es, por lo tanto, un problema generado por humanos que perjudica nuestra prosperidad y posibilidades de desarrollo.

Referencias