La rivalidad es una característica propia de ciertos recursos donde el consumo o uso por una persona reduce la cantidad disponible para los demás. Esto se entiende fácilmente con ejemplos: si yo uso una bicicleta, otra persona no puede usarla al mismo tiempo que yo la uso (sí podrá usarla luego, aunque tenga un poco más de desgaste); si me como 2 porciones de pizzas, te dejo solo con 6.
Es importante aclarar que la rivalidad es una característica física de un bien o servicio, no es afectada por instituciones.
También es importante aclarar qué es la no-rivalidad. Un recurso es no-rival si el uso por una persona no afecta que otro lo use. El ejemplo típico de esto es la luz de las calles o la capa de ozono que nos protege contra el cáncer de piel.
También puede ser que un recurso sea rival en una generación y no lo sea para la siguiente. Por ejemplo, los combustibles son absolutamente rivales y el uso por nuestra generación impide que la generación siguiente los use. En cambio, los minerales son rivales también y, si se reciclan (como el acero o el aluminio), pueden estar también disponibles para la generación siguiente.
Más info: El mercado es ineficiente
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