Matemáticamente, el riesgo es la probabilidad de un evento multiplicada por su magnitud, a saber, R(x) = P(x).M(x).

En la práctica, al riesgo se lo ve desde dos puntos de vista:

  • antes de que suceda un evento: prevención del riesgo. Ejemplo: modelos apriorísticos
  • despues de que suceda un evento: aprendizaje. Ejemplo: modelos de análisis de falla

Como el riesgo nunca es cero, uno tiene que prevenir lo máximo posible de que ocurra lo no deseado. Pero si ocurre, hay que aprender para prevenir que eso mismo no vuelva a ocurrir en el futuro.

También podemos diferenciar el riesgo en:

  • Agudo: episodios accidentales. Ejemplo: derrame de un camión que transporta sustancias peligrosas.
  • Crónico: actividades continuas o semicontinuas. Ejemplo: emisiones gaseosas de procesos productivos.

Los riesgos agudos son de díficil predicción y dan lugar a emergencias, mientras que los crónicos son más previsibles y están sujetos al control operativo. Sin embargo, ambos pueden ser identificados y ser susceptibles de prevenirse.

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