Para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París tenemos que transformar nuestras economías actuales, que son «altas en carbono», en economías «bajas en carbono». Es decir, por unidad de PBI de un país se debe emitir la menor cantidad de emisiones de carbono posibles.

La implicancia del «bajo en carbono» es que se debería ser usar la menor cantidad de recursos energéticos fósiles posibles, hacerlo con alta eficiencia y sustituir la generación energética por fuentes de energía renovable.

Más info: Transición energética para un desarrollo sostenible

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